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El ecosistema de la publicación científica: víctimas y verdugos

 

Por Santiago Yubero-Jiménez[i] y Sandra Sánchez-García[ii]

 

 

iEditor-jefe de Ocnos. Revista de estudios sobre lectura.

Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades. Universidad de Castilla-La Mancha.

 iiEditora ejecutiva de Ocnos. Revista de estudios sobre lectura

Directora Biblioteca General del Campus de Cuenca. Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM)

Palabras clave: OCNOS, publicación científica, edición de revistas científicas, editoriales predadoras, costes de la edición científica, revistas diamante

 

La publicación científica, una cuestión de interés público

Desde hace ya algún tiempo la prensa nacional viene haciéndose eco de diferentes problemáticas vinculadas con la publicación científica. Cuestiones que no son nuevas para muchos de nosotros; pero que parecen sorprender no solo al ciudadano de a pie, sino también a algunos sectores de la propia comunidad científica.

Entre las noticias publicadas, una de las más recientes ofrecía este desacertado titular: “CSIC y universidades se quedan sin publicar artículos en algunas de las revistas científicas más prestigiosas”, que aparecía en elDiario.es el 25 de febrero. Este alarmante titular, que buscaba lógicamente el efecto click-bait, tan de moda en la actual prensa digital, realmente se hacía eco de las negociaciones que se estaban llevando a cabo con la editorial Elsevier para la renovación de los acuerdos transformativos, también conocidos como acuerdos: “Leer y publicar / Read&Publish”. Ante la alarma surgida entre la comunidad científica y las críticas recibidas por ese titular, unas horas después se corregía para dejarlo en: “Los científicos del CSIC y la Universidad pierden el acceso gratis a las revistas de Elsevier, después de que la editorial rechazara la negociación del contrato”. Lamentablemente, también se trataba de un titular sesgado. Quién eligiera el nuevo titular desconoce bastante la realidad en la que actualmente se mueve el ámbito de la publicación científica. No creemos que se pueda hablar de gratuidad, cuando uno se está refiriendo al duro proceso de negociación entre la editorial, el CSIC y nuestras universidades, en el que lo que de verdad se está negociando es pagar un coste cada vez más alto por el acceso a las revistas de esta editorial comercial. Aunque, nadie debe alarmarse, porque las negociaciones finalmente llegaron a buen puerto y nuestros investigadores pueden seguir publicando sus artículos y accediendo a las publicaciones de otros colegas por el módico precio de 98.07 millones de euros en los próximos 4 años (2025-2028). Si alguien tiene dudas, nada es gratis. Las editoriales son empresas y ahora una parte importante del negocio está en la publicación científica. Otra cuestión son las prácticas abusivas y, en ocasiones, ilegales en las que se puede incurrir cuando no hay escrúpulos y el único objetivo es el beneficio económico.

Por desgracia, no es infrecuente encontrar titulares y noticias en la prensa en las que se distorsiona la información cuando se habla de la publicación científica; quedándose, muchas veces, solo en la punta del iceberg sin llegar a profundizar en situaciones que desde distintos ámbitos académicos venimos denunciando hace décadas: pagos de cantidades desorbitadas por publicar un artículo, doble pago a los grandes editores comerciales que cobran a las instituciones académicas por publicar primero y acceder a esos artículos después, revisiones gratuitas de artículos por parte de los investigadores para estos mismos grupos editoriales, presión desmesurada por publicar en aras de conseguir una carrera académica,  sobrevaloración de la cantidad en detrimento de la calidad y otras cuestiones en torno a la publicación científica, que parecen un problema actual, pero que lleva consolidado desde hace décadas.

Si hay alguien dentro del ámbito académico que todavía no se ha dado cuenta del gran negocio que hay detrás de todo este entramado de la publicación científica, o bien no se ha enterado de nada o también puede ocurrir que no haya querido enterarse. Esto ocurre cuando no se presta realmente atención a lo que se mueve alrededor, más allá de si el artículo es aceptado, qué cuartil tiene la revista y si consigo que alguien pague los costes para conseguir ese nuevo mérito en mi currículum.

No es la ingenuidad o el desconocimiento que puede haber detrás de determinados titulares lo que debe preocuparnos en mayor medida, sino las representaciones sociales que generan sesgos en las atribuciones que se hacen en relación con la responsabilidad de los diferentes agentes y actores implicados en el proceso de publicación de un artículo científico. Las revistas son necesarias y todas no son iguales; los editores realizan una labor imprescindible y hay que considerar a muchos de ellos que lo hacen de manera altruista; y, desde luego, los autores y sus trabajos son el elemento clave de todo el proceso, pero solo cuando sus artículos son de calidad, desarrollan buenas prácticas y fortalecen el proceso de edición con actitudes reforzadoras para la revista. Sin duda, la publicación científica es responsabilidad de todos los agentes implicados, que deben conocer los procesos y reconocer el valor de los que hacen posible todo esto, en función de su contexto; optando por exigir y ofrecer la mayor transparencia posible y una dinámica innegociable de buenas prácticas.

Imagen creada con ChatGPT

La publicación científica como negocio

Nos encontramos en un momento en el que la publicación de revistas científicas se ha convertido en un gran negocio, que algunos han llegado a comparar con la burbuja inmobiliaria. No hay duda de que parece que así lo es para algunas editoriales, pero creemos que falta todavía mucha información y un análisis más profundo que analice el nivel de compromiso de todos los implicados y, en muchos casos, la hipocresía de la comunidad científica al sesgar el análisis desde el prisma de los beneficios de cada uno.

Quizás sea conveniente recordar, para aquellos que lo han olvidado o para los que jamás consideraron importante prestar atención, por qué ha sido necesario sentarse a negociar estos acuerdos comerciales con los principales grupos editoriales y cómo se ha conseguido que esas APC (Article Processing Charges), que en algunas áreas se han pagado siempre, ahora se estén asumiendo por parte de las instituciones.

Tras meses de negociaciones, en abril del 2021 se firmaba el primer acuerdo transformativo entre la CRUE y las editoriales: Wiley, Elsevier, Springer Nature y ACS. Estos acuerdos tenían por objetivo ir transformando, paulatinamente, el modelo de negocio de estos grandes editores; que pasaría de nutrirse del pago por acceder a los contenidos (la lectura) al pago por publicar en acceso abierto (la publicación), algo que además debía hacerse de forma neutral con respecto al coste actual. Todo con el propósito de paliar esa situación de doble pago o double dipping, que llevaba dándose durante décadas; puesto que las instituciones, concretamente sus bibliotecas universitarias, pagaban elevados costes por suscribirse a paquetes de revistas, al tiempo que sus investigadores, pagaban también por publicar en estas mismas revistas, a través de APC, haciéndose cargo de los gastos de publicación y gestión con sus proyectos o de manera personal.

Para hacer frente a esa situación de doble pago, que imponían los grandes grupos editoriales ya había surgido previamente el movimiento Open Access, que se presentaba como alternativa a los abusos que ya se estaban dando por parte de los grandes grupos editoriales. Este movimiento internacional ofrecía la publicación en abierto como alternativa a esta situación, obligando a los investigadores a publicar los resultados de las investigaciones financiadas con fondos públicos en repositorios o revistas de acceso abierto. Esta iniciativa, lejos de transformar los hábitos de publicación de los investigadores, lo que provocó fue la respuesta casi inmediata de muchos editores comerciales que respondieron trasladando los cargos de APC para financiar la publicación en abierto de los artículos. Una práctica que hoy en día se ha consolidado y que, desde algunos sectores, se ha llegado incluso a afirmar que los costes por publicación han surgido a raíz de los movimientos de acceso abierto a la ciencia.

Para acelerar los modelos de publicación en abierto, surge en 2018 el Plan S. Un acuerdo europeo que tenía como objetivo principal acelerar el acceso libre e inmediato a las publicaciones financiadas con fondos públicos. Este acuerdo internacional parecía, en un primer momento, un punto de inflexión para hacer realidad el acceso abierto a las publicaciones científicas; ya que intentaba bloquear los costes impuestos por los editores comerciales para publicar en abierto y podía suponer una oportunidad de modernización y actualización del panorama de la publicación científica.

En aquel momento, algunos editores académicos vimos todos estos avances como una oportunidad para consolidar nuestra posición, normalmente marginal, con respecto a los grandes grupos editoriales. Para ello, era evidente la necesidad de “conseguir el apoyo y el compromiso de las instituciones implicadas (CRUE, FECYT y Universidades), para no quedarnos atrás respecto a las revistas científicas europeas” (Sánchez-García, 2019, p. 9). Sin embargo, el Plan S tampoco consiguió modificar los modelos tradicionales de publicación científica, ni hubo un apoyo institucional significativo y mayoritario a las revistas científicas universitarias; muchas de ellas, en aquel momento, sin pagos de APC en lo que se ha venido a llamar “ruta diamante”. Ocurrió, que lejos de potenciar el apoyo a estas revistas, se siguió consolidando el modelo de pago impuesto por los grandes editores comerciales.

Las instituciones académicas, en la mayoría de los casos, no buscaron fórmulas para afianzar sus revistas científicas, publicadas en abierto y, seguramente, por la presión de determinadas áreas de conocimiento, se centraron en buscar fórmulas para poder hacer frente a los elevados costes impuestos por los grandes grupos editoriales, firmándose así los primeros acuerdos transformativos en 2021. De modo que, “mientras que los editores comerciales cobraban dos veces por el mismo trabajo, los editores académicos a duras penas recibíamos subvenciones para cubrir los gastos generados por las revistas” (Sánchez-García, 2021, p. 6). Como ya denunciábamos en 2021, los acuerdos transformativos han consolidado el predominio del modelo de pago de APC como sistema de financiación de la publicación científica; provocando, ahora en mayor medida, que las revistas no pertenecientes a grandes editoriales tengan dificultades para conseguir equilibrar su presupuesto y mantenerse como revistas de alto impacto en sus áreas. La edición científica siempre tiene un coste económico y exige para estos editores un gran esfuerzo e, incluso, la profesionalización de sus perfiles. Ya se vislumbraba, desde hace años, que el factor económico sería, entre otros, uno de los grandes problemas para la supervivencia de la edición de estas revistas (Anglada et al., 2020; Sánchez-García, 2021), cuya sostenibilidad ha dependido en gran medida de la voluntariedad y del compromiso con la comunidad científica de sus equipos editoriales.

La publicación científica, del negocio al fraude

En 2023, dentro de este contexto, comienzan a darse los primeros movimientos de nuevos grupos editoriales de todo el mundo interesados en la compra de revistas bien posicionadas en los rankings internacionales. El contacto directo de los compradores con editores académicos comenzó a ser una práctica habitual de empresas, que se presentaban como referentes en el ámbito de la publicación científica a nivel internacional y que se mostraban interesadas en la adquisición de algunas de estas revistas. Una práctica que años antes ya habían llevado a cabo empresas similares, que ofrecían sus servicios y experiencia a los investigadores para la publicación de sus trabajos de investigación. Al igual que, en su momento, algunos autores eligieron la vía rápida para publicar sus artículos en revistas de alto impacto; algunos editores, cansados de la situación de precariedad económica por la que pasaban sus revistas o, porque después de una larga trayectoria habían considerado que su esfuerzo personal editorial podía haber llegado a su fin, tras haber conseguido el techo de sus posibilidades, vieron la oportunidad de afianzar sus publicaciones o simplemente de pasar el testigo a un grupo editorial más potente, que pudiese hacer avanzar sus proyectos editoriales en un contexto cada vez más competitivo.

Investigaciones como las de Martín-Martín y Delgado López-Cózar (2025a, b) y Cabezas-Clavijo et al. (2023), no han tardado en denunciar los comportamientos anómalos y poco éticos seguidos por estas nuevas editoriales, con prácticas definidas como “depredadoras”; que, en algunos casos, han hundido la trayectoria de calidad de estas revistas, lo que ha provocado incluso su expulsión de los principales índices de impacto internacionales de revistas científicas. Aparición de APC hasta el momento inexistentes, subidas de precios, opacidad y oscurantismo con los equipos editoriales, aumento significativo del número de artículos publicados, aceptación de artículos de dudosa calidad, aparición de autorías ajenas a la habitual comunidad científica del área, desembarco masivo de autores procedentes de China, Indonesia, Tailandia o Arabia Suadí son solo algunas de las prácticas que señalan estos trabajos y que dentro de las áreas se venían observando con asombro y perplejidad.

Nuevamente nos encontramos con que esta información, que ya se manejaba en los círculos académicos, vuelve a interesar a determinados medios de comunicación; haciéndose eco con titulares como: “Una serie de empresas fantasmas compra prestigiosas revistas científicas para lucrarse publicando artículos dudosos” o “Cómo robar una revista española de prestigio por unos miles de euros”. Hemos de preguntarnos de nuevo: ¿Dónde nos lleva la imagen social construida por los medios de comunicación de estos desafortunados acontecimientos para la comunidad científica? Parece que ahora estamos en un punto dónde la atribución negativa de responsabilidad cae principalmente sobre los editores que vendieron su trabajo de años, del que se beneficiaban todos los autores y la comunidad científica española e internacional. Evidentemente los principales culpables de esta situación, que ha provocado que se pierdan algunas de las revistas científicas más prestigiosas del panorama español, son las editoriales depredadoras o, más bien “editoriales suicidas”, porque no solo han eliminado en un escasísimo periodo de tiempo la calidad de las revistas que adquirieron, sino sus propias posibilidades de negocio económico. Pero como comunidad científica, debemos pensar más allá y fijarnos también en las instituciones que no apoyaron y no apoyan, en su justa medida, la edición de estas revistas; o los propios autores, con sus intereses personales, que no entendieron el esfuerzo que cuesta hacer crecer y sostener una revista científica de calidad. Habrá que hacerse nuevas preguntas, que dejen de lado los sesgos atributivos con los que se pretende impartir justicia y castigo a, presumibles, víctimas y verdugos. Como señala Cialdini (2023), el error fundamental es el que deja de lado las variables del contexto que, en muchas veces, determinan las decisiones tomadas; sobre todo cuando no se tiene en cuenta la norma de reciprocidad, que debe hacer valer entre todos los agentes implicados el “quid pro quo”.

El daño causado por la pérdida de estas revistas no es solo para sus comunidades científicas, sino para todo el sector público al perderse el trabajo y esfuerzo realizado durante tantos años por editores, revisores y autores. ¿Hemos sido capaces de aprender algo de todos esto?, ¿vamos a seguir permitiendo que editores comerciales sigan dominando la publicación científica? Entre febrero y marzo se renovaron los acuerdos transformativos firmados por CRUE y CSIC con los principales grupos editoriales internacionales, ¿en algún momento alguien se va a sentar a analizar lo que costaría financiar las revistas españolas que ya han sido merecedoras del sello FECYT o seguiremos en la cuerda floja?

 Referencias

Anglada, Lluis.; Borrego, Ángel.; Abadal, Ernest. (2020). ¿Qué transforman los acuerdos transformativos? Anuario ThinkEPI, 14, e14e04.

https://doi.org https://doi.org/10.3145/thinkepi.2020.e14e04

Cabezas-Clavijo, Álvaro; Repiso-Caballero, Rafael; Delgado-Vázquez, Ángel M. (2023). Fuga de revistas: el caso de ArtsEduca y de otras revistas españolas de Ciencias Sociales. Pre-print. https://reunir.unir.net/handle/123456789/15711

Cialdini, Robert B. (2023). Influencia, la psicología de la persuasión. HarperCollins.

Martín-Martín, Alberto, & Delgado López-Cózar, Emilio (2025a). Invasion of the journal snatchers: How indexed journals are falling into questionable hands. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.14766415 

Martín-Martín, Albero, & Delgado López-Cózar, Emilio (2025b). Tell-tale signs of stealth journal takeovers: A bibliometric approach to detecting questionable publisher acquisitions. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.15213855 

Sánchez Caballero, Daniel (13 de febrero de 2025). Cómo ‘robar’ una revista española de prestigio por unos miles de euros: “Nos engañaron y se la han cargado del todo”. El Diario.es. https://www.eldiario.es/sociedad/robar-revista-espanola-prestigio-miles-euros-enganaron-han-cargado_1_12032890.html

Sánchez Caballero, Daniel (25 de febrero de 2025). Los científicos del CSIC y la Universidad pierden el acceso gratis a las revistas de Elsevier después de que la editorial rechazara la renegociación del contrato. elDiario.es. https://www.eldiario.es/sociedad/robar-revista-espanola-prestigio-miles-euros-enganaron-han-cargado_1_12032890.html

Sánchez Caballero, Daniel (30 de enero de 2025). Una serie de empresas fantasmas compra prestigiosas revistas científicas para lucrarse publicando artículos dudosos. El Diario.es. https://www.eldiario.es/sociedad/serie-empresas-fantasma-compra-prestigiosas-revistas-cientificas-lucrarse-publicando-articulos-dudosos_1_11989095.html

Sánchez-García, Sandra (17 de diciembre de 2021). Los acuerdos transformativos, la edición académica de revistas científicas en peligro de extinción. Aula Magna 2.0. https://doi.org/10.58079/nf1p

Sánchez-García, Sandra (12 de julio de 2019). ¿Estamos preparados para hacer frente a las exigencias del Plan S? Aula Magna 2.0. https://doi.org/10.58079/neuq

 Cómo citar esta entrada:

Yubero-Jiménez, Santiago, y Sánchez-García, Sandra (2025). El ecosistema de la publicación científica: víctimas y verdugos. Aula Magna [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/18734


[i] Catedrático de Psicología Social. Actualmente imparte docencia en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades del campus de Cuenca (Universidad de Castilla-La Mancha), de la que es Decano. Es director del Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI) de la UCLM y director del Máster de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil. Lidera el grupo de investigación Psicología, Educación y Lectura.

[ii] Licenciada en Documentación y Doctora en la Filología Hispánica y Clásica, es Directora Técnica de la Biblioteca General del Campus de Cuenca de la UCLM, profesora asociada en la Facultad de Ciencias de la Educación Humanidades y editora de Ocnos: Revista de estudios sobre lectura.


OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
Aula Magna 2.0 (25 de abril de 2025). El ecosistema de la publicación científica: víctimas y verdugos. Aula Magna 2.0. Recuperado 24 de mayo de 2025 de https://doi.org/10.58079/13tc4


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